Yumbo, 13 de agosto de 2019. Hay zonas geográficas tan lejanas y de difícil acceso que, aun siendo el Valle del Cauca uno de los departamentos con el más alto índice de electrificación del país, tienen habitantes que cocinan en fogón de leña, se iluminan con la luz de una vela, o en el mejor de los casos cuentan con plantas diésel, con altos costos para estas familias.
Este era el caso de la vereda La Mesa Rioloro, ubicada a tres horas de la cabecera municipal de Buga, por una vía en mal estado, que para llegar a otras fincas se requieren otras tres horas a lomo de mula, situación que hace difícil y costosa su electrificación. Sin embargo, Epsa, una empresa Celsia, decidió hace dos años asumir a través de un proyecto de inversión voluntaria el reto de llevarle energía eléctrica a 51 familias que viven en esta zona montañosa, en el centro del Valle del Cauca, cuyo costo supera los $1.500 millones.
Para brindarle la energía a esta vereda se ha requerido desde la adecuación de la vía a pico y pala para permitir el ingreso de la grúa que apoya la instalación de los postes, hasta realizar cerca de 300 viajes a lomo de mula y a hombro para llevar el material y los equipos a zonas apartadas y sin vías. Todo el proyecto sumará 79 km de redes de media y baja tensión (cableado), el montaje de 39 transformadores y 189 postes de energía.
A esta iniciativa se sumó la Alcaldía de Buga con un aporte para el montaje de las redes eléctricas al interior de las viviendas. Hoy 15 familias tienen energía, y el proyecto total culminará en 2020.
“Llevo viviendo 66 años en esta vereda y desde esa época estábamos añorando este servicio. Por fin hace dos años subieron de Epsa a decirnos que nos iban a traer la energía. Hoy quiero darle gracias a Dios, a Epsa y a su personal, que tanto que han luchado, porque llegar hasta acá no es fácil, es duro, las casas son distantes, los caminos son feos, ha sido duro subir el material; pero hoy es un hecho que ya tenemos energía, ya están los contadores y las acometidas. Les quedamos muy agradecidos” afirmó Nicolás Bustos, habitante de la vereda La Mesa Rioloro.
Estas 51 familias se dedican fundamentalmente a la ganadería y tienen cultivos de pan coger; de ellas 12 viven en el centro poblado, donde también hay un centro de salud, una escuela y la iglesia, y el resto de las familias están bastantes dispersas, por lo que se realizará su electrificación por etapas.
“Nos alegra haber empezado a electrificar esta vereda tan apartada, porque ahora la comunidad disfruta de los beneficios del servicio de energía, que a veces se vuelve tan común en nuestro diario vivir que sólo lo valoramos cuando hay cortes. Adicionalmente, hay un beneficio ambiental y es que esta comunidad, ubicada en una zona de páramo, dejará de utilizar la leña de los árboles para satisfacer sus necesidades, lo cual contribuirá a la conservación de la zona y a la disminución de emisiones de humo y materiales contaminantes”, puntualizó Julián Cadavid, líder de Transmisión y Distribución de Celsia, empresa de energía del Grupo Argos.