- La jornada de siembra contó también con la participación de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, y se realizó en Ciénaga Mallorquín en el norte de Barranquilla.
- Las siembras se realizaron en el marco del programa Sembrando Futuro de la Fundación Grupo Argos y buscan aportar a la recuperación de un ecosistema con un rol relevante en la mitigación de los efectos del cambio climático.
- Desde el 2019, la Fundación Grupo Argos ha realizado la siembra de más de 290.000 plantas de manglar en Sucre y Bolívar y ha impulsado la construcción de 4 viveros comunitarios como alternativa de ingresos para 184 familias.
Con el propósito de fortalecer la función estratégica del ecosistema de manglar en la protección de la biodiversidad, la captura de dióxido de carbono y en la calidad de vida de los habitantes de las zonas costeras del país, la Fundación Grupo Argos adelantó la siembra de 20.000 plantas de mangle rojo en la zona de la Ciénaga de Mallorquín, al norte de Barranquilla.
Esta jornada de siembra fue posible gracias a la alianza con la Corporación Autónoma Regional del Atlántico y Celsia, a través de su programa ReverdeC, entidades que aportaron conocimiento y recursos para la estructuración de esta iniciativa que busca aportar a la restauración de cerca de seis hectáreas de manglar.
“El ecosistema de manglar es fundamental para la salud de los océanos, la mitigación del cambio climático e influye directamente en la calidad de vida de las poblaciones pesqueras. Estas 20.000 plántulas se suman a los esfuerzos que desde hace más de tres años venimos en los departamentos de Sucre, Bolívar y Atlántico”, dijo María Camila Villegas, directora Ooperativa de la Fundación Grupo Argos.
Este proyecto contempla la vinculación de las comunidades locales a través de talleres de educación ambiental en los que participan cerca de 3.000 estudiantes, docentes y líderes comunitarios. Así mismo, les permite a las comunidades obtener ingresos adicionales mediante la protección del ecosistema.
Sobre el ecosistema de manglar
Los bosques de manglar son ecosistemas altamente productivos, ecotranspiradores, amortiguadores de inundaciones, protectores de la erosión y zonas de refugio de fauna. Entre las funciones ecosistémicas de los manglares se resalta su enorme capacidad para captar y almacenar dióxido de carbono (CO2) en forma de carbono orgánico, al cual se le conoce como carbono azul. Los ecosistemas que captan y almacenan este tipo de carbono retienen en un año el carbono equivalente a casi la mitad de las emisiones producidas por el transporte a escala mundial.