Una de ellas es considerada el vertebrado más venenoso del mundo, y la otra es endémica del área de influencia de las centrales Alto y Bajo Anchicayá.
- La investigación busca conocer su genética y su relación con el ambiente, para definir estrategias de conservación.
- Su atractivo color, canto y movimientos característicos son los principales motivos para su tráfico ilegal a Europa y Estados Unidos.
Yumbo, 6 de octubre de 2016. En el corazón de la selva húmeda tropical del Parque Nacional Natural Farallones de Cali se encuentran las centrales hidroeléctricas Alto y Bajo Anchicayá de Epsa, filial de Celsia. Allí también habita la Oophaga lehmanni, y muy cerca en el Chocó biogeográfico la Phyllobates terribilis, ranas venenosas que llaman la atención por sus hermosos colores, canto particular y movimientos peculiares, catalogadas en peligro crítico de extinción según la UICN (Unión internacional para la Conservación de la Naturaleza) y registradas en el ‘Libro Rojo de Anfibios de Colombia’ donde aparecen las especies más amenazadas.
El hecho de ser endémicas, es decir, que se encuentran en una zona geográfica limitada o reducida de la costa Pacífica colombiana, sumado al deterioro de sus hábitats por la agricultura, la ganadería, la deforestación y su comercio ilegal, son las principales causas por las que se encuentran en peligro crítico de extinción.
Estas razones llevaron a Epsa y a la Universidad de los Andes a realizar la investigación que tiene como propósito conocer la genética de estos anfibios y su relación con el ambiente para definir estrategias de conservación e identificar lugares específicos que garanticen la permanencia de las dos especies. Su importancia en el ecosistema radica en ayudar al control de insectos en sus entornos, además en que el veneno de este tipo de ranas, presente en su piel y el cual es producido solo si están en sus hábitat, está siendo utilizado en el mundo para temas médicos y para producir relajantes musculares, estimulantes cardiacos y analgésicos, entre otros usos. Igualmente, este veneno es usado –aún- por las culturas indígenas del Chocó para la caza.
El profesor Adolfo Amézquita Torres, director del Grupo de Investigación GECOH de la Universidad de los Andes, liderará esta investigación apoyada por Epsa, junto con un grupo de estudiantes de doctorado y pregrado.
Este grupo de investigación fue creado desde 1988 y ha realizado cerca de15 publicaciones científicas. “En Epsa somos unos convencidos de la importancia de promover un desarrollo sostenible de nuestra actividad en todas las regiones donde operamos. En Anchicayá, donde están ubicadas dos de nuestras centrales hidroeléctricas, hay una mayor conservación por estar inmersos en un Parque Nacional Natural. Con este tipo investigaciones y otras acciones sociales y ambientales en las que trabajamos de manera consistente demostramos que la generación de energía se puede desarrollar sin afectar el entorno”, afirmó Francisco Murcia Polo, líder de generación hídrica de Epsa.
Especies ícono de nuestra biodiversidad
Colombia es el primer país del mundo en diversidad de anfibios y está prohibida la comercialización y exportación de estas dos ranas. Esta investigación que será apoyada financieramente por Epsa durará dos años y será liderada por el Grupo de Investigación Ecofisiología, Comportamiento y Herpelogía –GECOH.
“A partir de datos genéticos, ecológicos y de comportamiento buscamos establecer si están condenadas a la extinción o si gracias a esta investigación y la protección de sus áreas todavía son viables y se pueden recuperar”, afirmó Adolfo Amézquita, director del Grupo de Investigación en Herpetos de la Universidad de los Andes, quien agregó “estamos increíblemente felices que la empresa apoye esta investigación porque entre otras cosas la rana Oophaga lehemani fue casi llevada a su extinción por fuera de las instalaciones de Epsa y hace unos años descubrimos que ahí, al lado de la central hidroeléctrica, existen las poblaciones más saludables y que tienen un mayor número de individuos. Vemos que además de su labor como generador de energía, Epsa tiene un compromiso institucional con la conservación de organismos íconos para la diversidad de Colombia, toda vez que estas dos especies aparecen Libro Rojo de Anfibios de Colombia.”
Epsa constantemente adelanta investigaciones sobre la flora y la fauna de las áreas de influencia de sus centrales hidroeléctricas y desarrolla acciones para su conservación, entre ellas, procesos de monitoreo que permiten realizar seguimiento a las especies y proporcionan bases para adelantar programas de conservación.
Sobre las especies que se van a investigar
- Oophaga lehemani: Microendémica, con presencia en la zona de las centrales hidroeléctricas Alto y Bajo Anchicayá, entre los 200 y 700 m.s.n.m. en la cuenca media del río Anchicayá, una de las
- La rana dorada venenosa, rana dardo dorada o rana de dardo venenosa (Phyllobates terribilis)es endémica de la costa pacífica colombiana y considerado el vertebrado más venenoso del mundo. Su hábitat son las selva