En el mundo de la movilidad eléctrica, la carga rápida es una gran ventaja, pero también surge una preocupación común: ¿afecta esta práctica la vida útil de la batería de un vehículo eléctrico? En este blog exploraremos los mitos y realidades de la carga rápida y te daremos consejos prácticos para optimizar la vida útil de tu batería al usarla.
Mitos y realidades sobre cómo la carga rápida afecta la vida útil de las baterías
Mito #1: La carga rápida destruye la batería de inmediato
Realidad: Las baterías de los vehículos eléctricos (VE) están diseñadas para soportar la carga rápida, siempre y cuando no sea el método de carga exclusivo. Los fabricantes desarrollan baterías con sistemas de gestión térmica para evitar daños por sobrecalentamiento.
Mito #2: La carga rápida genera pérdida de capacidad inmediata
Realidad: Aunque la carga rápida aumenta la temperatura de la batería, los sistemas modernos de refrigeración y control de la temperatura mitigan el riesgo de daño por calor, permitiendo mantener la capacidad de la batería por más tiempo.
Mito #3: Solo la carga lenta es segura para la batería
Realidad: La carga lenta es más “amigable” para la batería, pero no es necesario limitarse a ella. La clave está en equilibrar el uso de carga rápida y lenta según las necesidades del usuario.
Consejos para optimizar la salud de la batería cuando se usa carga rápida
- Evita siempre la carga al 100% con carga rápida: Mantener la batería entre un 20% y un 80% de carga es óptimo, sobre todo al usar cargadores rápidos. Esto evita el estrés que implica cargarla a niveles extremos con rapidez.
- Modera la frecuencia de carga rápida: Si bien las cargas rápidas ocasionales no afectan significativamente el funcionamiento de la batería, evitar que sea el método de carga principal ayuda a prolongar su vida útil. Se recomienda cargar en casa o en centros de conveniencia con carga lenta siempre que sea posible.
- Permite que la batería se enfríe: Si tu vehículo cuenta con un sistema de refrigeración activo, espera unos minutos tras una carga rápida antes de conducir para dar tiempo a la batería a enfriarse y evitar el estrés térmico.
Es así como, teniendo en cuenta estas recomendaciones y aclarando los mitos que existen alrededor del proceso de carga rápida para vehículos eléctricos, podríamos concluir que, la carga rápida es una herramienta valiosa que puede usarse de manera segura con algunos cuidados. Balanceando entre cargas rápidas y lentas y controlando el nivel de carga, los usuarios pueden optimizar la duración de su batería y disfrutar de la flexibilidad que ofrecen los puntos de carga rápida.
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